Horas después de su detención, sindicalizados del SUTSMP realizaron una manifestación frente a las oficinas sindicales para “mostrar apoyo” al presunto agresor. La protesta, claramente orquestada, reunió a empleados acarreos que portaban una lona con mensajes de respaldo y consignas que alegaban una supuesta campaña de difamación.
El acto, lejos de mostrar solidaridad genuina, exhibió el poder de manipulación que Percy aún ejerce desde la sombra, incluso estando bajo custodia. Resulta escandaloso que se intente disfrazar una agresión sexual como un acto político en su contra, cuando las pruebas y el testimonio de la víctima son contundentes.
El líder sindical permanece en el CERESO tras ser denunciado por una de sus colaboradoras; pese a la gravedad del delito, sus allegados intentan encubrirlo con manifestaciones orquestadas
ABUSO SEXUAL AGRAVADO: EL VERDADERO ROSTRO DE PERCY ESPINOSA
Percy Leonardo Espinosa Bustamante, líder del Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Municipio de Pachuca (SUTSMP), fue detenido el martes 24 de marzo tras ser señalado como responsable de abuso sexual agravado contra una de sus colaboradoras directas.
De acuerdo con la denuncia presentada ante el Ministerio Público, los hechos ocurrieron el 17 de abril de 2024 dentro de las oficinas del sindicato, en pleno Centro Histórico de Pachuca. La víctima narró que Espinosa la sujetó por la espalda, la inmovilizó con fuerza, le tocó los senos, le restregó su pene en los glúteos y la besó en el oído mientras le decía: “Vas a ser mía y no te vas a arrepentir”. Todo esto bajo un evidente abuso de poder, ya que en ese momento él era su jefe directo.
UN DELITO QUE NO PUEDE QUEDAR IMPUNE
La carpeta de investigación 12-2024-15443 detalla con precisión la agresión sexual y el contexto agravante: el victimario era su jefe, utilizó violencia y aprovechó su posición de poder para someter a la trabajadora. Según el Código Penal del Estado de Hidalgo, el delito de abuso sexual agravado puede alcanzar una pena de hasta 4 años de prisión y multas que podrían superar los 27 mil pesos, aunque dada la gravedad del caso y los agravantes, la condena podría ser aún mayor.
“Hecho: el día 17 de abril de 2024, la víctima y el investigado llegaron a las oficinas del sindicato lugar donde el imputado abrazó a la Víctima por la espalda y con ambas manos la inmovilizaba tocándole los senos le besó el oído diciéndole que iba a ser de él y que no se iba a arrepentir y le restregaba su pene en los glúteos. Al momento de los hechos, el Imputado era el jefe de la Víctima.
Agravante: El imputado era su jefe y empleador. Violencia”
Es inaceptable que se pretenda transformar a un agresor en víctima mediante actos públicos organizados con recursos del sindicato y utilizando a empleados que podrían estar bajo presión. La sociedad debe exigir que se respete el proceso legal y que se escuche a la víctima, quien tuvo el valor de denunciar a su jefe pese al temor que implica enfrentarse a una figura con poder político y sindical.
Percy Espinosa no es un mártir. Es un presunto agresor que debe enfrentar las consecuencias de sus actos. Pachuca y su gente merecen líderes honestos, no abusadores disfrazados de defensores laborales.